viernes, 13 de julio de 2012

Especial José Ignacio Becerril Polo.


Desde ESMÁTER os traemos la exclusiva: José Ignacio Becerril Polo va a estrenar nueva antología. El título será “El hombre imaginado”, y lo hará a través de “Draco Ediciones”. Para la ocasión, hemos hecho una extensa reseña de su último éxito, “El Monstruo en Mí”, y hemos hecho una entrevista al mismo José Ignacio.

EL MONSTRUO EN MÍ


Antes de nada, vamos con la sinopsis:

“Dentro de nosotros hay un monstruo que se oculta, que acecha, que teje retorcidas elucubraciones para justificar sus más bajos instintos. Que cuenta cuentos macabros y se ríe como una vieja. José Ignacio Becerril Polo quiere mostrarte al monstruo que hay en él. Sin subterfugios. Sin disfraces. En toda su crudeza.
¿Te atreverás a mirarle sin apartar la vista?”

Pero el lector de esta página querrá algo más, ¿verdad? Bueno, tendremos que complacerle.

Cuando uno se enfrenta a El Monstruo en Mí no sabe muy bien qué va a encontrarse. La portada, que de sobria llega a elegantísima, nos habla mucho más de lo que en un primer instante podría uno pensar.
El Minotauro nos invita a tomarnos una copa con él, como un viejo amigo, y contarnos cosas que sólo a un amigo se pueden contar.
Y no defrauda. Nachob nos abre su corazón en una serie de relatos de Terror puro, de horror inmenso, de una familiaridad mágica. Muy mágica. Porque el estilo de Nachob es cercano, pero no escatima en descripciones. Es atmosférico y a la vez muy humano.
Pero reseñar una antología sin contar nada de los relatos sería flaco favor. Porque cada relato tiene algo distinto, una magia especial. Es un universo propio y pequeño en el que perderse.

LA CIUDAD INHABITADA

Cuatro escenas aparentemente inconexas demuestran ser parte de un mismo cuadro observado a través de un prisma de extrañeza. Poco a poco, el horror va impregnando hasta el ambiente más bucólico, dando lugar a la pesadilla y la desesperanza con una maestría que produce escalofríos. La magia de este relato es la capacidad para romper una misma historia en cuatro y luego volverlas a coser con hilos fuertes.
De esas historias en las que se te encoge el corazón, por muy petrificado que lo tengas.

DE SUEÑOS Y MONSTRUOS

Esta pequeña historia en dos tiempos, llena de una tristeza desgarradora y de unos personajes con un carisma impresionante, entierra sus raíces en el mundo real con toda su crudeza. El lenguaje escogido parece hecho para martillear la conciencia del lector. Y lo consigue.

TODO ESTÁ HECHO

Es frecuente, desgraciadamente, que el autor se ponga intelectualmente por encima de sus lectores confundiéndolos de forma perniciosa. Lo único que se consigue con eso es que el lector se sienta insultado y odie al autor. Pero Nachob no incurre en ese error ni mucho menos. Todo lo contrario, si confunde al lector es simplemente para intensificar la experiencia, dar un nuevo gusto, una nueva tonalidad, a un color no desconocido, ni mucho menos.
Las descripciones de este autor aquí cobran una importancia absoluta, perfilando todo cuanto acontece en esta historia de un modo tan plástico que si cerrásemos los ojos posiblemente veríamos algunas de las escenas flotando delante nuestra. Y entonces los abriríamos sin remedio, pues no son escenas que sean agradables de ver.

TUMBAS EN LA CIUDAD

Esta fábula urbana, con moraleja incluida, amalgama con gran maestría el mundo interior y el exterior del personaje principal. Encierra en sus pocas páginas una gran filosofía que mira al ombligo propio para ver en él reflejado el rostro de una sociedad decadente como es la nuestra.
Su inicio es la mejor forma de iniciar la escalada emocional que nos propone Nachob. Es una escalada ardua, llena de sin sabores y en cuyo cúlmen sólo vamos a encontrar el amargo sabor de la realidad. Pero precisamente por eso mismo merece ser escalada.

CASA OCUPADA

He dicho en más de un sitio que este es mi relato favorito de la antología... y uno de los relatos que más me han gustado de todos los tiempos. ¿Cómo puede una historia mezclar el terror romántico del siglo XIX, el horror más visceral del cine de horror de los últimos años y la desesperación primigenia de Lovecraft, que funcione y que además sea un alegato de delicadeza y emoción? Siendo Nachob, claro.

NO HABRÁ DESCANSO EN LA MUERTE

El relato corto se presta a pequeños anecdotarios que tienen como única finalidad llevar al espectador en un viaje estremecedor hasta el ansiado punto final que redondea la cocción de lo que había sido la historia.
Y "No habrá descanso en la muerte" está incluido en esa serie de historias.
El hedor dulzón a voodoo es tentador desde la primera frase, que en sí evoca tanto que nos introduce de golpe y porrazo en la ambientación de la historia. As la historia sucede ante nuestros ojos tan impregnada por esos versos ominosos de una forma indefectible, que el autor es libre de desarrollarla sabiendo que la imaginación del lector añadirá el atrezzo necesario.

OCHO ESFERAS PLATEADAS

La fobia, el phobos absoluto, lo atávico que en nuestro interior anida sin poderlo nosotros evitar. En ese lugar repulsivo y desgarrador que cada uno guarda en su psique es donde el Terror, el verdadero Terror, subyace retándonos a que busquemos esa fuerza, que nos enfrentemos a aquello que nos repugna, nos asquea, nos llena de escalofríos y pesadillas.
Sólo si somos capaces de enfrentarnos a nuestros propios miedos, a nuestras propias pesadillas y hacernos uno con ellas, uno con eso que es tan parte de nosotros que nos repele magníficamente; sólo si somos capaces de ser uno con nuestra fobia, en definitiva, podemos llegar a alcanzar esa grandeza de donde nacen las pesadillas más monstruosas.
Y Nachob no es que salga del aprieto vivo para contarlo. No. Nachob se introduce en las entrañas más repulsivas de su propia fobia y emerge vestido e investido en ella, tan poderoso en el interior de su propio miedo como para provocar el mayor de los miedos a su alrededor.
Posiblemente el segundo mejor relato de la antología. O el tercero...

NI EL INFIERNO QUERRÁ TU ALMA

Después de todo eso, va Nachob y se tira por la novela negra. Un relato corto, intenso, en el que la emoción de unos personajes más que humanos invaden al lector, se derraman de cada palabra y acaban retorciendo el alma ante un conflicto de proporciones olímpicas. Y sin embargo a un nivel tan terrenal que asusta.

EL HOMBRE QUE SOÑABA CON MARIPOSAS

Un relato curiosísimo, una forma impresionante de terminar esta antología. Lleva al lector por caminos oscuros y quitinosos, propios de un Barker o de un Giger, y termina con un sobrecogimiento de tal magnitud que uno no puede evitar sonreír. De mis favoritos del libro, y el mejor para terminarlo.
Nachob, y Saco de Huesos, nos han regalado una antología que se define y a su vez define el cacareado género fosco. No va a encontrarse el lector de terror del todo a gusto entre estas páginas si no es capaz de abrir su mente.
Porque de eso se trata el fosco. De abrir caminos no explorados. De usar la oscuridad como guía, en lugar de la luz, para encontrar lo mismo que con ésta pero desde otra perspectiva.
Amor, odio, rencor, venganza. ¿Acaso no están echas las pesadillas de la misma sustancia que los sueños?
Si alguien lo duda lo más mínimo, le recomiendo que lea este Monstruo de la literatura corta, que no va a quedar defraudado.

Pero, tras toda esta parrafada, el lector se preguntará ¿quién es José Ignacio Becerril Polo (Nachob)? Esto dicen de él:

Zaragoza, 1966. Padre de familia feliz y escritor aficionado muy aficionado a escribir, lleva desde el 2006 publicando y compartiendo sus cuentos e historias en diversas páginas de Internet con mayor o menor fortuna. Ha tratado de participar también en el mayor número de certámenes, antologías y publicaciones que ha podido, con relativo éxito. En todo caso no se puede quejar porque el viaje ha sido divertido y ha conocido muy buena gente.
También como resultado de su primer año de literato se auto regaló un recopilatorio de relatos titulado Un Año De Palabras, que a juicio de sus selectos lectores tiene casi tantos aciertos como ausencias de tildes.

Pero en ESMATER no nos conformamos con eso. Así que hemos ido a buscar a Nachob y le hemos hecho una entrevista, intentando, quizás, encontrar el Monstruo en él.

1. Bueno, no sé si lo sabes pero El Monstruo en Mí está siendo la antología de moda de este año, y cada vez en más sitios suena el nombre de Nachob. Pero ¿Quién se oculta tras ese nombre de guerra? ¿Quién es el alter ego del Monstruo, José Ignacio Becerril Polo?

José Ignacio Becerril es la identidad secreta de Nachob. Parece un hombre de lo más normal, casado, dos hijos (guapísimos, por cierto), funcionario (sin gafas, que se operó), maño residente en Madrid. Vamos, que no se puede ser más normal.
Pero tiene desde pequeñito un poder secreto, lo que él llama misteriosamente y haciéndose el importante "el ensoñamiento". En cualquier momento y lugar puede quedarse totalmente imbuido dentro de su mente imaginando historias de todo tipo y viajando a mundos extraordinarios y fantásticos. Su mujer y sus amigos, cuando le ven en ese estado, con la mirada perdida y totalmente ajeno a cuanto sucede a su alrededor, que "se está haciendo un viaje" (literal).
Este superpoder, unido a una cierta capacidad narradora, o más bien contadora, porque lo que le gusta es contar historias, verbalmente o por escrito (y porque no sabe dibujar, escribir música y no le dejan hacer películas), hace que surjan de él relatos y cuentos que necesita compartir.

2. El Monstruo en Mí es tu último retoño, pero no el primero. Háblanos un poco de tus otros hijos.

Pues esta pregunta viene que ni pintada precisamente por algo que revelaré al final.
Yo empecé a escribir en julio del 2006, en un momento en que las circunstancias fueron propicias para ello (suelo explicarlo diciendo que se me junto el ocio material, intelectual y emocional adecuado para hacerlo).
Gracias a curiosear en la red fue donde descubrí la existencia de lugares donde reunirme y compartir mis inquietudes literarias con almas afines. Me decidí por una página, Ociojoven, que me dio buenas vibraciones, y mandé mi primer relato: "Se le oía cantar".
Tuvo muy buena aceptación (a pesar que el viejo pirata que administraba el lugar tuvo que echarme una mano desinteresada para corregir mis múltiples errores de principiante), y eso me animó a continuar.
Fue una autentica revelación. Durante el año siguiente no paré de escribir, compartir, hablar, leer y en definitiva "hacer comunidad" con la maravillosa gente que me encontré allí. Uno, con el tiempo, se da cuenta que vivió un momento mágico, uno de esas épocas en que todo parece encajar, como Camelot.
Tan contento quedé que decidí juntar todo lo que escribí en ese primer año, y publicarlo por mi cuenta y riesgo, aprovechando ese mercado de autoedición tan pujante en aquella época. Mimé todo lo que supe la edición, incluyendo maravillosas ilustraciones, y de ahí surgió "Un año de palabras", mi primer recopilatorio.
Lo regalé a amigos y conocidos, y, en general, a todo quien lo quiso a cambio de una reseña o un comentario. A mi nivel, me interesaba más la interacción con los lectores que cualquier otra cosa (no cantidad, sino calidad, solía decir).
La verdad es que tuvo unas críticas buenísimas, incluso de páginas especializadas que aceptaron leerlo, y a las que se lo agradecí profundamente.
Quedó como una experiencia maravillosa, aunque algo frustrante. Luego comentaré si quieres porqué.

3. No hace falta que sea luego, coméntalo ahora.

El libro autoeditado tuvo una tirada de unos 150 ejemplares y los di casi todos. Era bastante grande, con ilustraciones a color y todo, y yo estaba muy contento con él.
Pero luego comprendí que por mucho que hiciera estaba muy limitado a la hora de hacerlo llegar a la gente. Igualmente, sus buenas criticas (mejores en muchos casos a libros más conocidos) vencieron mi reticencia inicial a llevarlo al circuito "profesional" y que sirviera a su vez para darme a conocer y motivarme a continuar.
Me sentí un poco mal padre de mis relatos, porque no les había dado alas suficientes para hacerles volar más alto. Tal vez pequé de humilde o poco ambicioso, que casi es peor, y siempre me ha quedado la espinita clavada.
Espinita que en breve voy a poderme sacar.

4. Casi toda tu producción es relato corto, ¿eres un hombre de distancias cortas también cuando lees, o prefieres leer novela?

Fui un lector voraz durante mi niñez, adolescencia y juventud. Después, cuando comencé a trabajar, mi ritmo de lectura bajo muchísimo hasta que por circunstancias de la vida me vi de nuevo con algo de ocio para retomar mi afición.
Los relatos siempre me habían gustado mucho, pero leía de todo. Ha sido precisamente a raíz de empezar a escribir cuando realmente he empezado a centrarme en leer relatos, y ahora me cuesta más que mucho leer una novela. No acaba de engancharme, apenas aguanto alguna unas cuantas páginas. Lo he intentado varias veces, sobre todo con novelas de compañeros, pero ya no me hago con el ritmo de una novela. Siempre pienso que se podría haber escrito en menos extensión, se me alargan demasiado. Para mí la concisión es una virtud, es la capacidad de dar más por menos. Eso sí, aquí la virtud es saber hacerlo, porque lo principal es contar la historia de modo que el lector se meta en ella. Le atrape. Si no estas leyendo la lista de la compra. Cortita, eso sí, pero insustancial.

5. Pregunta casi obligada entonces: ¿Ves futuro al relato corto en nuestro país?

El relato corto siempre tendrá futuro, porque es una expresión artística que tiene su espacio (su nicho de mercado que dicen, aunque claro, con esta expresión parece que lo estamos matando). Nunca será tan grande como la novela, pero siempre estará allí. Hay historias que no pueden ser contadas en novela, igual que hay momentos en que apetece más algo de picar que un cocido.
También hay que tener en cuenta que los relatos son muchas veces el primer paso en la formación o evolución de un escritor, así que también en ese sentido su existencia esta garantizada.
Otra cosa es su salida al mercado. Pero yo suelo poner un símil en tal sentido: prefiero jugar un partido de fútbol con los amigos (que tampoco, pero me vale como ejemplo) en un descampado, que ver un partido de fútbol junto con cien mil personas más en un estadio. Lo veo más deporte, que queréis que os diga. Así que me conformo y lo disfruto más sin necesidad de tanta farándula, espectáculo y bulerías

6. En relación con lo anterior, has participado en iniciativas con otros autores, como por ejemplo No Tocar ¿qué tal fue esa experiencia?

Como bien dices este tema se conecta con el anterior. Todo escritor quiere, ante todo, ser leído. Que sus obras sean leídas. En el caso de los relatos, las salidas de los mismos hacia esos posibles lectores se ha situado en los últimos tiempos en varios frentes: blogs y páginas literarias, hoy algo en capa caída (en Ociojoven, hace años, se publicaban relatos que llegaban a tener decenas de comentarios), foros colectivos (que además sirven de lugar de aprendizaje y comunicación emocional), y, tal vez como siguiente etapa, los certámenes y las antologías compartidas. Es muy curiosa la eclosión que han tenido estas últimas en estos últimos tiempos, más allá de las revistas especializadas que en España sobreviven lo que la ilusión y el cansancio permiten a sus entusiastas impulsores.
Probablemente el fenómeno tiene mucho que ver con la facilidad que la informática nos da actualmente para maquetar y publicar decentemente un libro, las posibilidades de su distribución a través de la red, así como a la propia existencia de esas "redes" de escritores más o menos aficionados que se juntan en internet y que suman esfuerzos y talentos.
Tal vez el ejemplo más paradigmático se produjo cuando tras el fallo de un certamen del "Domingo Santos" un grupo de esos escritores que no habían tenido suerte en él se juntaron para sacar "Maldito Lunes", germen creo que de los “Perversiones”.
Por mi parte entiendo que es una manera de dar salida a tanta buena creación y a tanta inquietud que existe, limitando los riesgos editoriales, dado que parece que al ser una selección hay mayor calidad, y por otro lado hay también un mayor número de posibles promotores del libro (en nuestro círculo el autor ha asumido en gran medida la parte promocional de sus obras). Pero, por otro lado, tiene el peligro de responder más a la querencia de los autores a publicar que del posible público a leer. Es decir, puede cubrir más la necesidad que tenemos de publicar, que obedecer a las leyes de la oferta y la demanda de un mercado sobresaturado.
Me encanta publicar con otros autores y sobre todo leerlos, pero me apena ver que en muchos casos nos hacemos la ilusión de ser publicados cuando en realidad nuestro acceso al lector es casi autoreferencial. Vamos, que somos nosotros mismos.
Pero ese es un problema del tamaño de la charca donde nos movemos, donde somos casi tantos autores como lectores. Mientras consideremos esto como una afición y asumamos la realidad existente, no correrá riesgo nuestra autoestima y pasaremos buenos ratos, pero lamentablemente es otro nicho que actualmente se está saturando y corre el riesgo de cansar a los posibles "pescadores".

7. Cambiamos un poco de tercio. El Monstruo en Mí, ¿hay un Monstruo en ti?

Claro que sí, y en los dos sentidos en los que podríamos definir esa palabra.
Si por monstruo entendemos lo diferente y extraño que por esa condición nos asusta, esta claro que no nos conocemos bien a nosotros mismos, y esa es una de las principales fuentes de nuestros problemas y conflictos internos y, por extensión, externos.
Si entendemos por monstruo lo malvado e inicuo, pues también hay parte de eso, que duda cabe. Aunque mi concepto en tal sentido no es tan exagerado. Creo que hay muy pocas personas malas, muy pocas, en el sentido más estricto del termino. Nuestros pecados son más "capitales": somos egoístas, perezosos, soberbios, ansiosos, envidiosos, iracundos (no soportamos la más mínima frustración), interesados, etc. Y, lo peor de todo, tan tontos que no calculamos los efectos de lo que hacemos y muchas veces nos dejamos llevar por nuestras pequeñas miserias y rompemos cosas que no tienen respuesto.
Sí, hay un monstruo en mí. Y me da miedo, que duda cabe, porque puede destrozar mi vida y la de la gente que quiero.

8. Es obligado entonces preguntar lo siguiente. A mí ya me lo contaste en su día, pero a los lectores les interesaría saber, ¿qué es el Terror para ti?

Suelo a veces hablar, de modo muy genérico, de la diferencia entre el terror lúdico y el terror de verdad.
El primero puede ser más o menos verosímil o estar más o menos alejado de la realidad, pero su intención y motivación no es hacernos pasar un mal rato, sino de activar en nuestro cerebro unas áreas de sorpresa, alerta o conocimiento que se traduzcan en una experiencia agradable o al menos positiva. Disfrutamos con ello, aunque a veces nos pueda dar un poquito de mal rollo o hacer sudar un poquito. Pero, al final, el resultado es satisfactorio (si no no lo leeríamos/veríamos/realizaríamos).
El terror de verdad nos rodea continuamente y huimos de él, porque es insoportable. Desde que soy padre he comprendido que miedo, miedo, no lo había sentido hasta ese momento.
Es la diferencia entre subirte a una montaña rusa o caer cuesta abajo dando vueltas con un coche. Giramos, pero no es lo mismo.
Por eso muchas veces, y más últimamente, me gusta distanciarme de la realidad lo suficiente como para poder disfrutar. Dejar que la fantasía nos salve.
En cuanto a qué nos da miedo, creo que lo tengo claro: perder. Lo poco o mucho que tenemos. No ya la vida, o la salud. Incluso el cariño de los que amamos, o nuestros pequeños lujos. Por eso no nos gustan los cambios, queremos que todo sea previsible, seguro, estable. Y menos cuanto mayores nos hacemos. Porque nos acostumbramos a perder con la edad, pero también nos da más miedo hacerlo.
Entrar en una habitación y que haya algo que distinto, algo que no esperamos y que cambia nuestro mundo nos aterraría. Imagina que te giras ahora mismo en el lugar donde estés leyendo esto y te encuentras allí a una persona de pie mirándote. No hace falta que sea un monstruo o un extraterrestre. Simplemente alguien que no debería estar ah Mirándote. Aterrador. No te gires (a ver si se va).

9. ¿Conocías ESMATER?

Conozco a personas que están trabajando y poniendo la carne en el asador por ese proyecto, y les deseo muchísima suerte. Con los años he aprendido a creer más en las personas que en las ideas (será el Alzheimer).

10. ¿Algún autor español que te gustaría destacar?

No me hagas esta pregunta porque la verdad es que estoy totalmente desconectado. Además no soy de autores, sino de obras. Podría recomendar alguna obra en concreto, pero me costaría incluso recordar al autor. Soy lector de relatos, y eso hace que consuma y deseche muy rápido, más de lo que mi memoria es capaz de asumir.
Además suelo ser muy sincero y voy a sacar un libro, no quiero enemistarme con nadie XD.

11. Vale, vale, algo menos comprometido: consejos para futuros escritores, que eso siempre queda molón en una entrevista.

El mejor consejo es que busquéis en internet los de alguien mucho mejor que yo, un escritor de raza (es otra distinción que suelo hacer: hay escritores de circunstancias y escritores de raza. Los primeros escriben, y puede que no lo hagan mal, pero necesitan que se den unas condiciones favorables -véase yo-. Luego están los escritores de raza. Esos no puede evitar escribir, pase lo que pase o estén como estén): Oscar Wilde. Es uno de los que mejor ha expresado lo que es eso de escribir. Un ejemplo más que importante: No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo".

12. Otro clásico de las entrevistas serían tus proyectos futuros, así que, ¿puedes contarnos algo más de esa espinita?.

Claro. La editorial Draco Ediciones va a publicar en breve un nuevo recopilatorio de relatos mío, titulado "El hombre imaginado".
En él se recogen la mayoría de los cuentos de "Un año de palabras", que tan buenas críticas consiguieron, más tres relatos de los que me siento especialmente orgulloso y que más reconocimientos han obtenido. Esta dividido en tres partes dedicadas al terror, la fantasía épica y a la ciencia ficción, y que creo que son un complemento perfecto para EMEM. Juntos son lo mejor que ha dado de sí ese sueño que una vez fue llamado Nachob.

13. Seguiremos con mucho interés “El hombre imaginado”. Ha sido un placer, como siempre, compartir tu tiempo y tus palabras. ¡Harías quedar bien a cualquier entrevistador! ¿Unas últimas palabras para despedirte de nosotros?

Muchas gracias a vosotros por darme una oportunidad para poder compartir sueños e ilusiones y acercarme un poco a mis posibles lectores.

Así que ya sabéis, amigos de ESMATER. Si aún no tenéis “El Monstruo en Mí” en vuestra biblioteca, mucho estáis tardando. Y no perdáis de vista “El Hombre Imaginado”, que promete.


Juan José Hidalgo Díaz / Vlad_Temper

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