jueves, 29 de noviembre de 2012
200 Baldosas al Infierno
Ya disponible a la venta en Amazon, 200 Baldosas al Infierno. Antología de relatos de terror de ESMATER.
Hay un psiquiátrico que guarda en sus galerías un oscuro lugar, un pasillo lleno de cuartos, en donde el horror se acumula y los casos sin posibilidad de cura son arrinconados. En este pasillo, "el foso", se oculta un mal que no debe escapar y las dieciséis historias de las almas torturadas que lo pueblan.
"200 Baldosas al infierno" es una antología de relatos de terror que gira sobre el hilo conductor de un psiquiátrico maldito. Cada relato es una habitación y cada habitación oculta una historia de terror que no dejará indiferente a los lectores.
lunes, 22 de octubre de 2012
II Especial de Halloween Paraíso4: 666 - Relatos de terror para la noche de Halloween.
Autores: Varios.
Año de publicación: 2012
Género: Relatos, Terror.
Páginas: 222 (estimación)
Fecha de lanzamiento: 29 octubre 2012
Contacto: paraisocuatro@gmail.com
Compilación y maquetación: Equipo técnico www.paraiso4.com
Diseño de portada: Alejandro León
Distribución: Descarga gratuita, bajo licencia Creative Common Reconocimiento -
NoComercial - SinObraDerivada (by-nc-nd): No se permite un uso comercial de la obra
original ni la generación de obras derivadas.
Formatos disponibles: pdf, epub, mobi.
Sinopsis:
Mi nombre es legión, porque somos muchos.
En concreto, somos dieciséis autores los convocados en www.paraiso4.com por el
influjo del día de difuntos. Os llevaremos de paseo por nuestros infiernos, como si de
visita guiada se tratara, a través de historias de muchachos poseídos, misas negras,
maldiciones, exorcismos... y todos los demonios que podáis soportar a lo largo de
doscientas intensas páginas de terror marca de esta casa: en estado puro.
¿Y por qué nos metemos en www.paraiso4.com en estos berenjenales?
Porque creemos que debe existir una oferta cultural libre y gratuita al alcance de todo el
mundo, variada y de calidad, sin necesidad de recurrir a las descargas ilegales.
Porque creemos que el hecho de ofrecer un producto gratis no debe implicar
renunciar a la calidad total de contenidos y formato. Los libros electrónicos se deben
ofrecer al consumidor pensados para ofrecer la mejor experiencia lectora.
Porque renunciamos al tópico de que en el mundo de la literatura se imponen los
intereses sectarios, económicos, la envidia y las puñaladas. Queremos compartir nuestra
andadura en este mundillo con amigos y compañeros a los que admiramos y con los que
queremos crear lazos estables de afecto y apoyo mutuo.
Revindicamos el entusiasmo. Apostamos por la pasión. Por eso estamos aquí.
Porque somos Paraíso4 y nosotros somos así.
I CERTAMEN DE RELATOS BREVES DE TERROR DE ESMATER
Hola Esmaterianos.
Queremos dar una buena noticia a todos los amantes del terror.
Convocamos el I CERTAMEN DE RELATO BREVE DE TERROR de nuestra asociación.
Aquí os dejo las bases.
¡Un saludo a todos!
Alfonso Zamora.
Queremos dar una buena noticia a todos los amantes del terror.
Convocamos el I CERTAMEN DE RELATO BREVE DE TERROR de nuestra asociación.
Aquí os dejo las bases.
¡Un saludo a todos!
Alfonso Zamora.
I CERTAMEN ESMATER DE
RELATO BREVE DE TERROR
Bases:
1 - Se convoca el I Certamen ESMATER de relato breve de terror,
al que podrán concurrir cuantos autores residentes en España lo deseen.
2 - Los relatos deberán estar escritos en castellano, con una
extensión máxima de 300 palabras, letra Times New Roman de tamaño 12 y escrito
a doble espacio. Se desestimarán aquellas obras con faltas de ortografía o que
no cumplan los requisitos aquí expuestos.
3 - Los trabajos deberán ser originales, estrictamente inéditos
(incluido internet), no premiados en otros concursos ni estar pendientes de
resolución en otros certámenes. Cada autor/a puede presentar un único original.
Los trabajos se remitirán por correo electrónico a elffinch@yahoo.es En el asunto se indicará I Certamen ESMATER y se incluirá un documento adjunto
con el relato y, al final del mismo, el autor/a hará constar sus datos
personales:
* Nombre y Apellidos.
** Lugar de residencia.
** Edad.
** Profesión.
** Dirección de mail.
** Teléfono de contacto.
** Si ha lugar, una breve biografía
"literaria" del autor.
*No se contabilizarán los datos personales como
parte de la extensión del relato.
4 - El plazo de entrega de originales finalizará a las 00:00
horas (hora peninsular española) del 20 de noviembre del 2012.
5 - El fallo del jurado se hará público durante el I Congreso
Nacional de ESMATER y además, se comunicará por e-mail a los ganadores.
6 -Los tres primeros clasificados serán obsequiados con un
diploma y lote de libros.
Además, los diez mejores relatos se publicarán en el blog de
ESMATER: http://esmater.blogspot.com.es/
Los derechos sobre los relatos seguirán siendo propiedad
exclusiva de los autores.
7 - La resolución de todas las cuestiones que pudieran surgir o
plantearse en la interpretación de estas bases, será de exclusiva competencia
del jurado designado para la ocasión.
8 - El mero hecho de presentarse al concurso supone la aceptación
de estas bases.
sábado, 6 de octubre de 2012
Proyectos y novedades de nuestros socios.
Buenas noches.
Si, ahora son la una de la madrugada y aquí estoy escribiendo esta entrada para mostrar mi tremendo orgullo por los socios que componen esta asociación.
Cada día me sorprenden con sus logros literarios o artísticos y no debería de decir "sorprendido" porque ya sabía que tenían el talento en sus venas.
Empiezo por Carolina Cristóbal , responsable de las relaciones con los socios de ESMATER y fotógrafa oficial de la asociación. Ella es una artesana de los pies a la cabeza que disfruta como nadie con sus pequeñas obras de arte. Este fin de semana estará en la Feria de diseño independiente "La Boca" en Madrid.
Por otro lado tenemos a Juanjo, "Vlad Temper", que acaba de salir elegido (una vez más) como uno de los integrantes de la famosa antología de Calabazas en el Trastero, esta vez con la temática de Horror Cósmico.
Si, ahora son la una de la madrugada y aquí estoy escribiendo esta entrada para mostrar mi tremendo orgullo por los socios que componen esta asociación.
Cada día me sorprenden con sus logros literarios o artísticos y no debería de decir "sorprendido" porque ya sabía que tenían el talento en sus venas.
Empiezo por Carolina Cristóbal , responsable de las relaciones con los socios de ESMATER y fotógrafa oficial de la asociación. Ella es una artesana de los pies a la cabeza que disfruta como nadie con sus pequeñas obras de arte. Este fin de semana estará en la Feria de diseño independiente "La Boca" en Madrid.
Por otro lado tenemos a Juanjo, "Vlad Temper", que acaba de salir elegido (una vez más) como uno de los integrantes de la famosa antología de Calabazas en el Trastero, esta vez con la temática de Horror Cósmico.
Continúo con una nueva socia, Victoria Vílchez. También ha entrado en una nueva antología de relatos, esta vez de la nueva editorial La Pastilla Roja con su relato "Definitivamente Muerto"
De la mano de Athman Charles, la antología de "Fantasmas, espectros y otras apariciones" ha agotado su primera edición en apenas unos días. Desde ESMATER, queremos desearos las mejores de las suertes en esta nueva andadura y a Victoria, que podamos verte muchas más veces como seleccionada.
Y Victoria:
Nuestras socias Irene Comendador y Karol Scandiu irán al festival de Sitges para firmar ejemplares de la antología de relatos Arkham donde participan, de la editorial Tyrannosaurus Books. ¡Les deseamos mucha suerte y que firmen muchos libros!
Y por último, quiero hacer una mención especial a Daniel Exposito Zafra. Este genial ilustrador y mejor persona está que no para. Socio de ESMATER y responsable de la sección de ilustradores de la asociación, está trabajando en varios proyectos, ha sido entrevistado recientemente para una prestigiosa revista y colabora con editoriales para promocionar sus obras. Muy pronto podremos dar "nombre y apellidos" a sus nuevos proyectos.
Aquí os dejamos un pequeño adelanto...
Y bueno, por ahora ya os dejo descansar tranquilos, ya son las dos de la mañana y sigo sin una pizca de sueño. Aprovecharé para visitar a mis personajes de De Madrid al Zielo II y echarles una pequeña mano en ese mundo tan horrible que les he obligado a vivir.
Buenas noches.
Alfonso Zamora.
lunes, 1 de octubre de 2012
Ganadores de la II antología de relatos de terror de ESMATER "Leyendas Urbanas"
Hola a tod@s.
En primer lugar, quería pedir disculpas como presidente de la asociación por la tardanza en dar los ganadores de este concurso. El motivo ha sido una falta de tiempo y una gran afluencia de relatos que nos ha desbordado completamente.
El éxito de "200 Baldosas al Infierno" ha atraído a muchos autores a probar suerte y la participación ha sido increíble. Desde ESMATER, sólo podemos decir una cosa. Gracias.
Y sin más demora, aquí os anuncio a los tres ganadores del concurso de los participantes que entraban desde fuera de la asociación:
1 - Tony Jimenez por "Camino"
2 - Rubén Pozo Verdugo por "La Casa de los Espejos Rotos"
3 - Juanma Sáez por "Retales"
Queremos dar la enhorabuena a todos los participantes por sus estupendos relatos y por la ilusión mostrada a la hora de participar en este concurso. El nivel ha sido muy alto y la decisión muy difícil de tomar.
Los tres, formarán parte de la antología junto con socios de ESMATER y muy probablemente saldremos en papel con una editorial, aún por confirmar.
Muy pronto daremos novedades al respecto.
Quiero dar las gracias a Juan Antonio Román, Carolina Cristóbal Palacios y Jose Javier Arce por su tiempo y dedicación a la hora de leer y seleccionar los relatos ganadores. También, una mención especial a Vlad Temper por asesorar en este proyecto y por su implicación en la asociación.
Un saludo muy fuerte a tod@s.
Alfonso Zamora.
En primer lugar, quería pedir disculpas como presidente de la asociación por la tardanza en dar los ganadores de este concurso. El motivo ha sido una falta de tiempo y una gran afluencia de relatos que nos ha desbordado completamente.
El éxito de "200 Baldosas al Infierno" ha atraído a muchos autores a probar suerte y la participación ha sido increíble. Desde ESMATER, sólo podemos decir una cosa. Gracias.
Y sin más demora, aquí os anuncio a los tres ganadores del concurso de los participantes que entraban desde fuera de la asociación:
1 - Tony Jimenez por "Camino"
2 - Rubén Pozo Verdugo por "La Casa de los Espejos Rotos"
3 - Juanma Sáez por "Retales"
Queremos dar la enhorabuena a todos los participantes por sus estupendos relatos y por la ilusión mostrada a la hora de participar en este concurso. El nivel ha sido muy alto y la decisión muy difícil de tomar.
Los tres, formarán parte de la antología junto con socios de ESMATER y muy probablemente saldremos en papel con una editorial, aún por confirmar.
Muy pronto daremos novedades al respecto.
Quiero dar las gracias a Juan Antonio Román, Carolina Cristóbal Palacios y Jose Javier Arce por su tiempo y dedicación a la hora de leer y seleccionar los relatos ganadores. También, una mención especial a Vlad Temper por asesorar en este proyecto y por su implicación en la asociación.
Un saludo muy fuerte a tod@s.
Alfonso Zamora.
viernes, 28 de septiembre de 2012
Relato "El Extraño", de nuestro socio Dani Guti. No os lo perdáis...
Hola a tod@s
Estrenamos nueva sección. Esta vez le damos protagonismo a nuestros socios dándoles la oportunidad de poder compartir sus trabajos.
Y el honor es para Dani Guti, con su relato "El Extraño", ganador I Certamen de terror de Zonaereader.
Como veis, nuestros chicos y chicas son todo unos monstruos literarios y nos lo demuestran en cada certamen o concurso a los que se presentan.
Pero yo me callo ya, mis palabras ahora sobran, que hable Dani. Os dejo con este oscuro relato.
Alfonso Zamora.
EL EXTRAÑO
Daniel Gutiérrez
Estrenamos nueva sección. Esta vez le damos protagonismo a nuestros socios dándoles la oportunidad de poder compartir sus trabajos.
Y el honor es para Dani Guti, con su relato "El Extraño", ganador I Certamen de terror de Zonaereader.
Como veis, nuestros chicos y chicas son todo unos monstruos literarios y nos lo demuestran en cada certamen o concurso a los que se presentan.
Pero yo me callo ya, mis palabras ahora sobran, que hable Dani. Os dejo con este oscuro relato.
Alfonso Zamora.
EL EXTRAÑO
Daniel Gutiérrez
La humedad le golpeó en la cara como un guante mojado nada más abrir la
puerta. Miró dentro de la vivienda, y subiendo un pequeño escalón, se introdujo
en el amplio recibidor cerrando detrás suyo mientras las bisagras se quejaban.
Dejó una mochila que llevaba al hombro en el suelo, y se paseó con las manos en
los bolsillos por la entrada de la casa.
El recibidor daba acceso a un gran salón atestado de muebles antiguos y
visiblemente mohosos. Una chimenea demasiado ornamentada presidía la estancia
desde uno de los laterales.
La planta baja la completaban; la cocina a la derecha, un pequeño
trastero, y un cuarto de baño, que pensó debió ser del servicio en tiempos
mejores. Después de asomarse a todas las habitaciones para verificar que todo
estaba en su sitio, se encaminó a las escaleras que subían a la segunda planta.
–No está tan mal como creía... –dijo para sí mirando una infame lámpara
de araña que se descolgaba por el hueco de la escalera.
El polvo acumulado durante años en la barandilla tiñó su mano derecha de
negro que limpió en los pantalones en cuanto hubo llegado arriba.
El piso superior se abría en dos alas. A la izquierda una enorme
habitación con aseo, a la derecha otra más pequeña, la cual daba acceso a una
bonita terraza con preciosas balaustradas de mármol. Ambas habitaciones aún
conservaban las camas, mesillas y cómodas. En la habitación principal, una
única cama enorme se situaba en el centro, escoltada por dos mesillas
victorianas repletas de filigranas. En la otra, se apilaban tres camas sin casi
espacio entre ellas, y un armario bastante rudimentario dejaba ver el lastimoso
estado de la madera.
Entró en la habitación que sería la suya y de su mujer y se encaminó al
cuarto de baño. Nada más entrar, una gran cornucopia reclamaba toda la atención
encima de un lavabo de piedra y madera. A la izquierda, una preciosa bañera de
patas competía con el majestuoso espejo en ser la joya de la corona del aseo.
–Precioso... –musitó con cierta ironía saliendo de nuevo al pasillo en
dirección al otro cuarto.
Atravesó la habitación pequeña hasta la terraza. Esta giraba por todo un
alero de la fachada, lo que permitía ver una gran parte de las tres mil
hectáreas que rodeaban la casa. Así ensimismado, mirando los árboles y
escuchando cantar a algún ave que no supo identificar, se vio sobresaltado por
el Sympathy for the devil que sonó en su Motorola.
–Diga –contestó David mientras se ponía en los labios un Marlboro
cogíendolo directamente con la boca del paquete.
–Hola cielo, soy yo.
–Hola cariño, estoy en la casa...
–¿Y bien? –dijo Verónica cortándole impaciente–. ¿Cómo está?
David dio una larga calada a su cigarro y expulsó el aire por la nariz.
–Dios bendiga las herencias nena –dijo divertido–. Es una maravilla, y
cuando veas los muebles te vas a mear en las bragas. Creo que hasta podríamos
sacar unos miles de euros por alguno de ellos.
–Eso es fantástico cielo. ¿Nos podremos mudar ya?
–Hay que arreglar unas cuantas cosas, pintar, y sacar unos algunos
trastos. Pero creo que una semana podemos estar aquí, quizás menos.
–¿Y las habitaciones? –quiso saber ella.
–Están bien. Los niños tendrán espacio suficiente, además su habitación
tiene acceso a una terraza magnifica.
Tenían dos hijos. Alfonso de cinco años, y Abel de tres. El mayor ya
tenía sus amigos del colegio y se había mostrado algo reacio a irse de su casa
y su barrio, pero era una ocasión que no podían desaprovechar.
–Me alegro mucho cielo –suspiró Verónica–. ¿Seguro que quieres quedarte
toda la semana?
–Seguro –afirmó–. Así me dará tiempo de adecentar todo esto y tenerlo
listo para cuando vengáis.
–¿Te acordaste de llevarte la nevera portátil?
–No te preocupes –contestó David–. Lo traje todo. De todas maneras mañana
me acercaré a una autoservicio que vi al venir y compraré unas cuantas cosas..
–Está bien –dijo ella entre risas–. Te veo el sábado. Te quiero.
–Te quiero cielo –respondió él.
Colgó el teléfono sin saber que jamás la volvería a ver.
David se metió en la casa. Después de otro rápido vistazo a su habitación
y de comprobar que la cama le serviría para dormir, fue al piso de abajo. Las
sombras dominaban ya todos los rincones de la estancia. Encendió una lámpara de
pie situada al lado del sillón, y se dirigió a un mueble bar que había al lado
de la chimenea. No encontró coñac, que era lo que bebía habitualmente, pero en
su lugar agarró una botella de Chivas y un vaso del estante inferior. Pensó en
cuanto tiempo llevarían allí esas botellas, pero le importó poco.
–Buen gusto abuelo –dijo llenando el vaso hasta la mitad.
Se acomodó en el sillón y se deleitó con el brebaje mirando su casa. Sus
padres habían emigrado hacía muchos años, y aunque la casa les pertenecía
renunciaron a ella en su favor. Él no tenía pensado hacer eso. Sería un hogar
formidable para su familia, después de tantos años pudriéndose en un piso de
cuarenta metros cuadrados.
Después de vaciar un par de vasos de whisky y de hojear algunos
periódicos viejos que se apilaban en una esquina del salón, decidió irse a la
cama. El viaje había sido largo y empezaba a notarse cansado. Una vez allí se
durmió enseguida.
*
Un ruido le sobresaltó en mitad de la noche. Se irguió en la cama dejando
caer la sabana a la altura de la cintura. Escuchó con atención, notaba los
latidos de su corazón. Otro ruido, ¿eran pasos? Juraría que sí. Ahora una
puerta dando un golpe contra su marco.
–¿Quién hay ahí? –gritó desde la cama.
Escuchó atento. Se levantó despacio, agarró el teléfono móvil de la
mesilla de noche y fue hasta la puerta.
Salió de la habitación temeroso. El pasillo superior que conectaba las
habitaciones no tenía interruptor de luz, el único estaba abajo, al pie de las
escaleras. Así que iluminando sus pasos con la pantalla de su teléfono, avanzó
despacio en dirección a la habitación de los niños. Abrió la puerta y encendió
rápido la lámpara. Nada. Solo las tres camas alineadas perfectamente. Entonces
volvió a escuchar pasos a su espalda.
Se dio la vuelta como un resorte con el corazón latiendo a mil por hora.
Fue hacia la escalera y entonces le vio. Un hombre corpulento, vestido con
algún tipo de chaqueta con capucha, enfilaba ya el recibidor con dirección a la
puerta de entrada.
–¡Eh, eh, quieto, cabrón, quieto! ¿Qué haces aquí?
El hombre no pareció oírle. Bajó las escaleras lo más rápido que pudo
para dar caza al intruso mientras gritaba y maldecía, pero no le dio tiempo. El
extraño se quitó la capucha, abrió la puerta y salió cerrando tras de sí. La
oscuridad de la noche impidió que David le viese la cara. Llegó abajo, abrió la
puerta y salió al porche tosiendo debido a la carrera.
No había nadie. Miró por todos lados, dio la vuelta a la casa, miró en su
coche que seguía aparcado en la entrada y detrás de los árboles más cercanos.
–¿Cómo es posible? –dijo al aire.
La casa estaba bastante alejada de la carretera, y no había oído ningún
coche alejarse. Además creía no haber tardado más de diez segundos en salir por
la puerta detrás del caco. Tenía que estar allí, debía estar allí. Se quedó
unos minutos de pie delante de la casa y entró mirando a todos lados antes de
cerrar con llave.
–Excelente primera noche –se quejó dirigiéndose al mueble bar.
Se puso un whisky doble y miró su reloj. Las dos y diez de la mañana.
Apunto estuvo de derramar todo el líquido presa de un temblor que le agarrotaba
los músculos. Allí parado en mitad del salón con el vaso en la mano pensaba que
hacer. ¿Llamar a la policía? ¿A su mujer? La opción de su mujer la descartó
enseguida, no quería preocuparla y menos a esas horas de la madrugada. Se
decidió por la primera opción.
–Un momento –se dijo a sí mismo.
Recorrió la casa de arriba abajo encendiendo todas las luces que pudo. No
vio nada raro. No había ningún desperfecto y no faltaba nada. La cerradura no
estaba forzada y las ventanas no estaban rotas.
–Muy hábil...
¿Qué iba a decirle a la policía? No había ningún signo de que alguien
hubiera entrado en la casa, y decirles que quien quiera que fuese había
desaparecido nada más salir por la puerta no añadiría nada de credibilidad a su
denuncia. Sus pulsaciones comenzaban a atenuarse. Fue hasta la cocina, cogió un
cuchillo oxidado de uno de los cajones y volvió al salón. Allí se sentó después
de servirse otra copa con el arma en la mano.
–A ver si te atreves a entrar otra vez cabrón. Atrévete.
Pero se quedó dormido incluso antes de acabar el fabuloso licor escocés.
*
El sol se colaba por la cristalera del salón e incidía en el lóbulo de la
oreja izquierda de David. Este dio un respingo y se llevó la mano rápidamente a
su oído como quien intenta espantar a una mosca pesada. Entreabrió los ojos
lentamente y se dio cuenta de que ya era de día. Se incorporó despacio
llevándose una mano a las cervicales. El cuchillo estaba en el suelo, y el
resto de licor que no le dio tiempo a beber antes de caer en los brazos de
Morfeo empapaba sus pantalones.
–Mierda –resopló levantándose.
Le dolía ligeramente la cabeza, y el cuello era un infierno llameante
debido a la postura en el incomodo sofá. Después de quitarse la ropa manchada y
darse una buena ducha, salió fuera. Allí con la brisa matinal salpicándole la
cara, y después del reconfortante baño y un pasable café, las cosas parecían
mejores. Apenas se acordaba del intruso de la noche pasada, aunque seguía
enfadado por haber dejado que alguien entrara y saliera de su casa sin poder
evitarlo. Con sus hijos y su mujer dentro hubiera sido una situación peligrosa,
y no pensaba consentirlo más.
En cualquier caso, la cantidad de cosas que tenía que hacer en la casa,
acabaron por despejarle la mente. Se sentó en los escalones de la entrada y
pensó por donde empezar.
Sacar los muebles viejos, pensó. Eso era buena idea. El trabajo físico le
ayudaría a olvidarse del incidente.
–Pues manos a la obra –exhaló dándose un golpecito en las rodillas al
levantarse.
Fue hasta el coche, y sacó un cartón de cervezas, una pequeña bolsa con
ropa de trabajo, y un radiocasete a pilas de doble pletina que compró cuando
tenía quince años.
–Estos ya no se fabrican amigo –dijo para sí mientras metía una cinta de The
Doors en una de las pletinas–. Nada de cd ni mp3, estos suenan a viejo,
suenan mejor.
Dejó el loro en el porche, se atavió con la ropa vieja y se puso a
trabajar. Sacó varias bolsas de ropa mugrienta, sobre todo manteles y toallas.
También alguna que otra sábana, y un par de cortinas apolilladas. Una mesa,
tres sillas, y el viejo armario carcomido de la habitación de sus hijos. A
mitad de mañana, se abrió una cerveza y se despojó de la vieja sudadera negra
que se había puesto al empezar a trabajar. La colgó por la capucha de un
oxidado clavo que sobresalía de una de las maderas del porche. Saboreó la
cerveza mirando al cielo. Había echado la mañana casi sin darse cuenta, así que
dejó por un momento el trabajo y se dispuso a hacerse algo de comer.
Una vez comido y tras la pertinente siesta decidió que no le apetecía
trabajar más por ese día. Se acomodó en el sofá, encendió la vieja televisión y
zapeó con cara de aburrimiento hasta que encontró una película decente,
en la que varios tipos con colores por nombres planeaban el atraco a un banco.
Así y tres chivas más tarde le entró sueño.
–A la cama socio, por hoy está bien.
De camino a la habitación cayó en la cuenta de que no había llamado a su
mujer en todo el día. Pero ahora no era buen momento. La llamaría mañana.
–Mañana mejor, mañana... –dijo ya con la cabeza en la almohada y arropado
hasta el cuello.
*
El tremendo golpe hizo que se despertara de inmediato. Tenía todos los
pelos de los brazos de punta y una vena palpitaba en su cuello a punto de
reventar.
–¿Pero qué coño...? ¿Hay alguien? –preguntó intentando dar a su voz un
tono más temible de lo que en verdad era.
No creía que le pudiera estar pasando aquello. ¿Dos ladrones seguidos en
dos noches seguidas? ¿O sería el mismo? La diferencia con la noche anterior, es
que estaba seguro de que esta vez el ruido había provenido de su propia puerta,
no de la de al lado. El muy hijo de puta ha estado aquí dentro, pensó.
–Esta vez no te escapas bastardo.
Se levantó de un salto de la cama y fue al pasillo. El móvil alumbraba
poco, pero ayudaba, eran las dos y cinco. Se quedó unos segundos en la puerta
de su habitación arrepintiéndose de no haberse subido a la cama con el
cuchillo; entonces le vio. Salía de la habitación de sus hijos secándose algún
tipo de liquido que le manchaba las manos en los muslos de sus pantalones.
Iba vestido igual que la noche anterior. Una prenda oscura con capucha
tapaba su cabeza, las sombras hacían el resto. El intruso se quedó parado unos
instantes, pero por alguna extraña razón pareció no percatarse de la presencia
de David a escasos metros suyos. En vez de eso, comenzó a andar hacia él y las
escaleras con paso lento pero decidido.
–¡Tú! –amenazó David–. ¿Dónde crees qué vas?
Mientras hablaba reculaba lentamente amedrentado ante aquel hombre que ni
siquiera se molestaba en mirarle. Le apuntaba con el móvil, como si de un arma
mortífera se tratara. Estaba totalmente desconcertado ante el descaro y la
sangre fría de aquel tipo. Este enfiló la escalera y comenzó a bajar los
escalones.
–¡Esta vez no dejaré que te escapes cerdo!
Salió corriendo detrás de él y se preparó para darle un puñetazo en la
nuca. Eso le haría pensarse dos veces entrar a casas ajenas.
Cuando estuvo justo detrás descargó el brazo. Sus nudillos estaban a
punto de impactar en la cabeza del hombre pero en vez de eso, su puño atravesó
la figura del extraño como si estuviera hecho de humo. El cuello, las
cervicales, y la parte inferior de la cabeza se ondularon al paso de su mano
para volver a su sitio casi de inmediato.
David se miró la mano, luego al hombre y después otra vez su mano. La
figura seguía bajando las escaleras ajena a todo lo que sucedía un par de
escalones arriba.
–¿Qué demonios es esto? –susurró David tan blanco como la harina.
Se abalanzó a su espalda volando por los aires en un movimiento digno del
mejor defensa de fútbol americano. Un placaje a los riñones, como había visto
tantas veces en los partidos de la NFL. Su cuerpo experimentó el mismo suceso
que su puño unos segundos antes. Pasó a través del cuerpo del intruso como si
allí no hubiera nada y se precipitó de cabeza por la escalera hasta llegar al
rellano.
El golpe fue brutal. Se dislocó un hombro, se torció un tobillo, y una
brecha de unos cuatro centímetros se abrió en su cabeza liberando abundante
sangre sobre el entarimado. Antes de desmayarse tuvo tiempo de ver al hombre
que sin siquiera desviar la vista hacia él abrió la puerta, se quitó la capucha
y se fue. Exactamente igual que la noche anterior. Eran las dos y diez.
*
Durmió más de trece horas. Cuando se levantó del suelo todo su cuerpo era
una tortura de dolor y calambres. La cabeza era lo peor. Aunque había dejado de
sangrar, la herida dolía como si un perro le estuviera haciendo presa en el
cráneo. Se tocó con cuidado y unos cuantos pegotes de sangre seca le mancharon
los dedos. Anduvo caminando hasta la cocina cojeando ostensiblemente a causa de
la torcedura de tobillo, y llenó una bolsa con hielo. El hombro también le
dolía, pero pasaba casi desapercibido gracias al dolor de cabeza.
Fue hasta el sillón y se sentó pesadamente ayudándose de la mesa que se
encontraba justo delante. Se puso el hielo en la cabeza y se recostó
ligeramente. Su cabeza, aparte de agradecer el frío, luchaba por comprender lo
que había pasado la noche antes. Estaba seguro de que vio como su puño y él
mismo atravesaban a aquel hombre como si fuera un fantasma, pero él no creía en
fantasmas. Nunca lo había hecho y no sería esta la primera vez. Seguro que
había otra explicación racional.
–¿Sí? Cual.
Se sorprendió a sí mismo hablando en voz alta.
–Puede que el whisky... puede que el cansancio... el golpe...
Pero sabía que no. El golpe fue después, y el cansancio no le hacía a
nadie ver espectros subiendo y bajando escaleras. Por otra parte, no es que
fuera un gran bebedor, pero podía presumir de haberse cogido unas cuantas
buenas borracheras durante su adolescencia y nunca había hablado con Elvis.
Cambió de postura en el sillón, y se llevó la bolsa de hielo al hombro.
Un alivio semejante a un orgasmo le recorrió el cuerpo.
Una cosa tenía clara. Si había venido dos noches seguidas, vendría otra.
No sabía porque razón lo sabía, pero estaba seguro de ello. Así que decidió
esperarle. La siguiente noche se enteraría de lo que estaba pasando.
Pasó el día deambulando por la casa como un vegetal. Se limpió como pudo
la herida de la cabeza, y se vendó el hombro y el tobillo con unas toallas
viejas que encontró en uno de los cajones del aseo principal.
Oyó sonar su móvil varias veces, pero decidió no cojerlo antes de
terminar con aquel asunto. Posiblemente fuera Verónica, y no quería preocuparla
con historias de fantasmas y ladrones. Además su voz no le daría lugar a dudas.
Sospecharía que algo pasaba, y se empeñaría en que regresara o en acudir ella a
la casa, cosa que no quería en absoluto sin saber lo que pretendía aquel
desdichado bastardo que entraba todas las noches. Así que lo dejó sonar todas
las veces y fue a terminar la botella de Chivas que ya no le quedaba mucho.
La tarde dio paso a la noche sembrando de penumbras todos los rincones de
la casa. David sabía que tenía que estar preparado, y comenzó los preparativos.
Encendió todas las luces de la casa, esta vez si todo salía mal, al menos le
vería la cara cuando se quitara la capucha. Fue a la cocina, cogió el cuchillo
que eligió el primer día y se lo metió en el cinturón. Sacó su móvil del
bolsillo del pantalón, lo abrió y esperó mirando la hora totalmente ido. Las
dos noches anteriores, el intruso había salido de la casa a las dos y diez, eso
significaba que al menos debía hacer acto de presencia unos diez o quince
minutos antes.
Los minutos pasaban. La angustia crecía, y David se mecía nervioso en el
sillón mirando nerviosamente el reloj de su teléfono. La una y cincuenta.
Entonces apareció.
Él, que esperaba verle entrar por la puerta o colarse por una ventana, se
sobresaltó al verle salir de la cocina. El susto fue tal, que la vejiga decidió
vaciarse por completo y apunto estuvo de clavarse a sí mismo el cuchillo. Y
aquello no fue lo peor. Iba en camisa, sin ninguna prenda que le ocultara el
torso ni el rostro, y ver la cara del extraño es lo que hizo que la poca cordura
que aún poseía volara libre de ataduras.
Era él. Sin duda era él mismo. Quizás uno o dos años mayor, y con una
barba mal cuidada, pero se estaba viendo a sí mismo andar por el salón con la
vista perdida y el semblante perturbado.
Le faltaba el aire, sus pulmones no reaccionaban, y su corazón bombeaba a
tal velocidad que notaba el pecho como una olla a presión. Quería decir algo,
hablar, pero no era capaz de emitir ni el más leve susurro.
El David etéreo fue al mueble bar pasando a escasos centímetros de sus
rodillas, y después de servirse una copa se sentó a su lado. Miraba con aire
ausente, con cierta locura, como si no le importara nada en absoluto. Él movió
el culo, y se separó un poco de su yo irreal. Alargó el brazo aterrado y
le tocó la pierna. Sus dedos se hundieron en la nada desfigurando el muslo del
ente como unos faros difuminan una espesa niebla. Entonces se levantó después
de dejar el vaso sobre la mesa, y se encaminó al pequeño trastero que había al
lado de las escaleras. De allí sacó una sudadera negra con capucha que se puso
en un ágil gesto, y miró hacia arriba. Hacia las habitaciones. Se caló la
capucha y subió.
David fue detrás suyo. Estaba tan paralizado que no sabía que hacer o
decir, solo caminaba detrás de aquella aparición de sí mismo esperando ver que
se proponía. Entró a su habitación. Miró alrededor y al cabo de unos segundos
se dirigió al cuarto de baño. Entró con él. Su mujer estaba en la bañera. De
espaldas a los dos. Se enjuagaba el pelo con soltura haciendo que el jabón cayera
por su perfecto cuerpo desnudo. El espectro se encaminó hacia ella apretando
los puños.
–No, no, no. ¡Verónica date la vuelta! ¡Cariño date la vuelta! No le
hagas nada cabrón, por favor, no le hagas nada...
Intentó agarrarle pero fue inútil. Sabía que era inútil.
Sin que se percatase de su presencia se situó detrás suyo y le empujó la
cabeza contra las frías y blancas baldosas de la pared. El impacto fue brutal.
Su cabeza sonó como una nuez abierta. Restos de sangre, pelo y sesos resbalaron
por la cenefa hasta el borde de la bañera. Ella cayó desplomada en el acto.
–¡Noooo! Porque, miserable hijo de puta porque... –David gritaba y
lloraba presa de una histeria atronadora.
Se acercó a su mujer con la intención de levantarla y sacarla de la
bañera, pero su cuerpo era tan difuso como el del hombre que acababa de
matarla.
Se situó delante de él y comenzó a dar puñetazos al aire totalmente
enloquecido.
–Maldito cabrón, la has matado, te voy a matar, te voy a matar...
Hacía aspavientos fuera de sí procurando alcanzar al espectro pero todo
su esfuerzo era en vano. Este por su parte, sonrió ligeramente y abandonó el
cuarto de baño en dirección al pasillo.
David se quedó unos segundos arrodillado en el suelo recobrando el fuelle
y llorando a moco tendido cuando escuchó la puerta de la habitación de sus
hijos.
–No no, los niños no...
Se levantó como un rayo. Salió corriendo de la habitación y fue hasta
allí. Su yo asesino ya tenía a su hijo mayor con la cabeza debajo de una
almohada. Alfonso pataleaba y daba manotazos al que fuera su padre con el
objeto de librarse de la asfixia. Pero solo aguantó un par de minutos. Cuando
el movimiento cesó y la almohada dejó ver su rostro, estaba tan morado como una
fruta podrida.
David se hundió de rodillas en el pasillo mirando la escena. Estaba
condenado a ver aquello sin poder detenerlo. Las lágrimas caían como ríos por
sus mejillas y sus gritos descarnados rasgaban su garganta dándole el aspecto
de un animal salvaje. No fue capaz de mirar como terminó con la vida del
pequeño Abel.
Cuando terminó su macabra obra, salió por la puerta, se limpió restos de
sangre de su segundo hijo en los pantalones, y al igual que las noches
anteriores bajó tranquilo por las escaleras. Pero esta vez no se molestó en
perseguirle, tenía claro lo que debía hacer, y lo haría ahora mismo.
*
Dos días más tarde Verónica llegó a la casa con los niños. La ausencia de
noticias por parte de su marido la aterraba y la disgustaba a partes iguales.
Sabía que David no era amante de llamar mucho, o nada en realidad, pero tantos días sin hablar con él no era
normal en ninguna circunstancia. Bajó del coche después de echar un rápido
vistazo a la elegante mansión y se encaminó hacia la puerta.
Cuando abrió la puerta, no fue humedad lo que olió, sino un espantoso
olor a podredumbre que hizo que se tapara la boca con ambas manos reprimiendo
un vómito. Entró despacio en la casa con sus dos hijos detrás de ella.
–¿Quedaros un momento aquí vale? Jugar en el jardín, mama ahora sale.
–¿Podemos coger el balón del coche? –preguntó Alfonso.
–Si hijo, jugar un rato con la pelota.
Los niños se fueron encantados y riendo mientras Verónica se adentraba en
la casa.
Al principio no supo distinguir lo que colgaba de la magnifica barandilla
de la escalera que subía al piso de arriba, pero un par de pasos le hicieron
ver el horror.
Su marido pendía de una soga a dos metros del suelo. Tenía la cara
totalmente morada, los ojos saliendo de sus cuencas y la lengua fuera de su
boca como un pimiento en mal estado. Las moscas revoloteaban en torno a sus
heces que se esparcían en el suelo. También pudo ver algunos insectos que
trabajaban incansables recorriendo su cuero cabelludo en dirección a la brecha
de la cabeza. Ahora si vomitó.
Sus gritos se confundieron con sus llantos, y las lágrimas inundaron sus
ojos. Avanzó haciendo eses debido al mareo y recogió una nota que se encontraba
justo debajo del cadáver de David. Estaba escrita con letra irregular.
Yo
les maté y tengo que pagar por ello.
*RELATO GANADOR
I CERTAMEN DE RELATOS DE TERROR DE ZONAEREADER
domingo, 9 de septiembre de 2012
ESMATER apoyando el proyecto ILUSIONARIA.
Hola a todos.
Aunque esta asociación se dedica prácticamente en exclusiva al terror en todas sus vertientes, en esta ocasión queremos apoyar un proyecto solidario que realmente merece la pena. Ilusionaria.
Coordinados por Juande Garduño, un numeroso grupo de escritores e ilustradores han unido sus fuerzas para crear este proyecto ilusionante y solidario que ya va por su tercera edición.
Aquí os dejo el proyecto explicado por las palabras del propio Juande:
Aunque esta asociación se dedica prácticamente en exclusiva al terror en todas sus vertientes, en esta ocasión queremos apoyar un proyecto solidario que realmente merece la pena. Ilusionaria.
Coordinados por Juande Garduño, un numeroso grupo de escritores e ilustradores han unido sus fuerzas para crear este proyecto ilusionante y solidario que ya va por su tercera edición.
Aquí os dejo el proyecto explicado por las palabras del propio Juande:
¿Eres solidario? ¿Tienes una empresa, un negocio, un pequeño comercio? ¿Te gustaría colaborar con un proyecto solidario consolidado, por una cantidad mínima, y además ver el nombre de tu empresa o el logo en un libro? Entonces, no lo dudes.
ILUSIONARIA es un proyecto solidario que ya va por su tercera edición. En las dos anteriores hemos recaudado dinero con la venta de nuestro libro de cuentos p
ILUSIONARIA es un proyecto solidario que ya va por su tercera edición. En las dos anteriores hemos recaudado dinero con la venta de nuestro libro de cuentos p
ara ayudar a la Fundación Matrioskha Fons Mellaria, para traer a España unos días a niños bielorrusos afectados por la catástrofe de Chernobyl, a fin de facilitar su tratamiento de disminución de la radiación, y para ayudar al pequeño Abraham Presa Alba y a su familia en las elevadas costas de su tratamiento contra la adrenoleucodistrofia, que solo puede ser tratada fuera de aquí. En ambos casos, se agotaron las tiradas, llegando a muchísima gente, teniendo cobertura en medios como prensa, radio, televisión, y siendo referencia en las redes sociales.
Si quieres colaborar puedes hacerlo de dos formas. La primera es poniendo solo tú nombre o el de tu empresa, y la segunda es poniendo el logo de tu empresa. Si optas por la primera opción, el coste es de tan solo 20 euros, y si optas por la segunda el coste de 30 euros. Por tan poco estarás haciendo mucho, estarás colaborando en ayudar a quien realmente lo necesita, aportando tu granito para hacer un poco más felices a los demás.
Si estáis interesados en colaborar mandadnos un mail a el_caidojdd@hotmail.com o a voro.luzzy@gmail.com y se os informará más detenidamente de las condiciones.
¡¡ILUSIONATE REGALANDO ILUSIÓN!! ¡¡ESTO ES ILUSIONARIA!!
Si quieres colaborar puedes hacerlo de dos formas. La primera es poniendo solo tú nombre o el de tu empresa, y la segunda es poniendo el logo de tu empresa. Si optas por la primera opción, el coste es de tan solo 20 euros, y si optas por la segunda el coste de 30 euros. Por tan poco estarás haciendo mucho, estarás colaborando en ayudar a quien realmente lo necesita, aportando tu granito para hacer un poco más felices a los demás.
Si estáis interesados en colaborar mandadnos un mail a el_caidojdd@hotmail.com o a voro.luzzy@gmail.com y se os informará más detenidamente de las condiciones.
¡¡ILUSIONATE REGALANDO ILUSIÓN!! ¡¡ESTO ES ILUSIONARIA!!
Desde ESMATER apoyaremos siempre este proyecto y por supuesto difundirlo y compartirlo hasta donde haga falta.
Un saludo a todos.
Alfonso Zamora Llorente.
sábado, 25 de agosto de 2012
El Ojo Blanco, de Guadalupe Eichelbaum
Hoy tenemos en ESMATER el
libro “El Ojo Blanco”, de Guadalupe Eichelbaum, y a la propia
Guadalupe para hablar de su libro.
Pero antes, una pequeña
reseña de esta novela corta.
“El Ojo Blanco” es
una novela publicada por Editorial Alhulia en su línea Gárgoris, y
es una novela juvenil.
Esto último podría
echar para atrás a los talluditos del género, pero eso sería un
error bastante grave, y en la reseña que sigue ahora entenderán el
por qué.
Lo primero que llama la
atención es la portada del librito (apenas 69 páginas), en la que
vemos el famoso ojo blanco de una forma muy parecida a como nos lo
describirán en la novela. Sin duda, bastante inquietante. Después,
damos la vuelta al volumen y nos encontramos con la brevísima
sinopsis.
Alicia es una inquieta
niña de once años a la que apasiona el género de terror tanto en
las películas como en los libros, pero... ¿Y en la vida real?
Quizás el mayor mérito
de la novela es que, a pesar de su corta extensión, consigue sacarle
un jugo estupendo a esta premisa. Al juego entre el terror falso, el
terror cómodo de tu salón de estar o de la butaca del cine, y el
terror real que te afecta a ti en persona.
Me van a permitir que
divague un poco del tema para extenderme en este punto.
Recientemente pude ver
(al fin) ese clásico del género que es “Al final de la escalera”.
A estas alturas, casi ninguna escena del filme puede ser considerada
ya spoiler. En particular,
esa escena cercana al final en la que la protagonista femenina se ve
perseguida por una silla de ruedas.
En el
momento actual, esa escena me despertó unas carcajadas
impresionantes. Es de lo que peor ha envejecido de la película.
Pero
luego me planteé cuál sería mi reacción si fuera perseguido por
un objeto inanimado. Y la cosa cambia, señores, cuando uno
protagoniza el terror.
Pues
la pequeña Alicia, experta en ver cine de terror y poseedora del
mayor don que se puede tener en ese sentido, un primo mayor
aficionado que ejerza de guía y abra camino a su interés, se
encuentra metida en una situación que, si bien al principio parece
curiosa pero no agobiante, termina llevando al lector al límite
último de la angustia.
Un
ojo blanco, una imagen que, sin saber cómo ni por qué, aparece de
forma aleatoria en su campo de visión.
Al
principio, cualquiera que esté familiarizado con las diversiones de
los cenobitas o haya estado sentado a la mesa con algún Profundo del
Arrecife del Diablo encontrará poco intenso semejante punto de
inicio.
Pero
la ansiedad nace de la imprecisión, de la imprevisibilidad. Si
alguien maneja la caja de Lemarchand, sabe que tarde o temprano será
visitado por un señor con clavos en la cabeza bastante simpático.
Si algún turista decide recorrer Insmouth bajo la luna llena,
debería no ya esperar sino exigir la aparición de una criatura
repulsiva, mitad sapo mitad arenque.
El
problema radica en que el terror de “El Ojo Blanco” accede al
mundo cotidiano y natural. No precisa de una atmósfera particular,
ni casa encantada y ni pantano en la noche; ni de un contexto
sobrenatural que vertebre sus apariciones. Su mayor capacidad para
producir el espanto es su ausencia de cadencia, su falta de sentido
propio, lo inesperable que es.
Por
supuesto, este tipo de horror sólo funciona si el escritor consigue
que el lector empatice con las cuitas de los personajes. Y aunque se
pueda generalizar esa circunstancia, la necesidad de empatía, aquí
se hace tan fundamental que cualquier salida de tono de la
protagonista, cualquier detalle que hubiera demostrado los flecos,
habría dado al traste con el Horror (que es, de hecho, lo que
busca).
Pues
no falla. En un estilo epistolar de tipo diario, en una primera
persona creíble y sincera, que muestra recursos buenos y poderosos,
pero nunca excesivos.
Guadalupe
utiliza el estilo con una habilidad que parece natural. En ningún
momento se rompe la magia que hace creer que aquello está escrito
por una niña de once años particularmente inteligente y culta.
Y
entonces llega la explicación que da sentido a la novela, y su
crudeza abruma. Abruma porque en una novela juvenil en unas palabras
tan inocentes y tan, evidentemente, jóvenes, semejante nivel de
horror, semejante exploración de la culpa humana, semejante
sensación de injusticia y el tamaño del drama quedan magnificados
por la desnudez diáfana y sencilla del pensamiento infantil.
El
epílogo sólo sirve para estremecer los restos del lector, que para
ese momento ha quedado desolado, más de lo que hubiera previsto
antes de abrir sus páginas.
Y
entonces uno se alegra de haber roto sus prejuicios y haberse lanzado
a leer una novela juvenil.
Pero
en ESMÁTER no nos conformamos con leer la obra, y vamos en busca del
autor. Buscamos leer al autor.
Con
todos ustedes, Guadalupe Eichelbaum.
1. ¿Quién se esconde
tras ese exótico apellido?
Pues es una mujer con
muchos intereses e inquietudes, con las prioridades bien
establecidas, cuya vocación es escribir.
2. Y bastante bien, puedo
afirmar. El Ojo Blanco es tu primera incursión en el Terror, ¿qué
te ha parecido la experiencia?
Estupenda, de hecho,
desde que la escribí ya he regresado al género con unos cuantos
relatos y tengo en mente la segunda parte de "El ojo blanco".
3. Desde ESMATER nos
alegramos de ese acercamiento, pues. ¿Y esa decisión de lanzarte a
escribir un libro de Terror, juvenil además?
La verdad es que me lo
pidió mi hijo. Él estaba harto de libros de terror para
preadolescentes que no daban miedo, que acababan siendo suavizados
por el hecho de estar enfocados a un público de esa edad y me pidió
que escribiera una novela de terror, sin concesiones y para niños.
Tardé como un par de años en cumplir su deseo. Le encantó el
resultado. Ahora soy yo la que tiene que agradecérselo, creo que no
se me hubiera pasado por la cabeza escribir de terror si no fuera por
él.
4. Precisamente de eso te
quería hablar, de lo cruda que es en ocasiones la novela.
Personalmente, me parece de una valentía fantástica y le da un
punto diferenciador con otras novelas juveniles, pero ¿la editorial
estaba igual de contenta que tu hijo y tus lectores?
Al parecer, sí. De todas
formas creo que los chicos de ese rango de edad ven películas
terribles... ¿Porqué los libros tienen que ser edulcorados?
5. Retomando el hilo de
tu hijo, ¿te ayudó a fabricar el personaje de Alicia? Porque es de
los “niños” mejor construidos que he leído en bastante tiempo.
Gracias.
No, no la leyó hasta que
estuvo terminada. Lo que sí es cierto es que Alicia tiene puntos en
común con mis hijos y supongo que eso le aporta credibilidad al
personaje.
6. Ahora que hemos
convencido a los lectores de las bondades de “El Ojo Blanco”
(¡compradlo!), ¿algunas palabras de tus trabajos anteriores?
Anteriormente a "El
ojo blanco" he publicado tres novelas bastante diferentes entre
sí aunque compartan algunas características. "El peregrinaje
de Rubén" fue la primera, trata de la vida de un joven
malagueño a lo largo de un año en el que él toma conciencia de que
está viviendo su vida según las expectativas que los demás tienen
respecto a él. "Siempre en mi memoria", la segunda, habla
de la pérdida y de la superación de la misma, me dicen que es muy
triste, pero tiene mucha luz. "Tengo pies" tiene la
peculiaridad de estar redactada en prosa pero intercalando poesías,
en esta historia la protagonista realiza un viaje instrospectivo
posteriormente a su separación. Sin embargo, al escribir me da la
impresión de que el drama y el terror no son géneros tan distantes
como pueda parecer. También tengo un libro de relatos: "17
Trozos" en amazon, a un módico precio y un relato finalista de
un certamen literario que salió editado junto con el resto con el
título de "Relatos bajo el puente".
7. Me llama la atención
eso, que veas similitudes entre el Drama y el Terror. Cuéntanos más
sobre esa idea...
Si lo piensas en toda
historia de terror, ya sea un libro o una película, hay un drama
subyacente, que queda solapado por el miedo. Si tomamos como ejemplo
"El exorcista", lo que le sucede a la niña es trágico,
sólo que no nos afecta de ese modo porque estamos preguntándonos si
alguien va a morir y asqueados por los vómitos verdes. Hablando del
tema con mi amigo Enrique Pedraza, me decía que el drama en el
terror debe ser como la nuez moscada en la croqueta...
Incluso si lo piensas,
por ejemplo, en tu relato de la antología "No tocar",
"Quiero ser", se esconde una situación horriblemente
triste.
8. (Aquí es cuando al
entrevistador le salen los colores) Estoy totalmente de acuerdo
contigo en ese componente dramático del Terror, pero ¿qué me dices
del aderezo oscuro? ¿Qué te gusta de la parte terrorífica?
Creo que he descubierto
mi vena sádica. Me encuentro escribiendo y pensando en lo duro que
va a ser el resultado, en lo que va a sufrir el que lo lea, y
regodeándome. Supongo que tendrá un componente terapéutico, je,
je.
9. Ya verás cuán
terapéutico es. Ya verás... ¿Por cierto, lees más Terror ahora, o
ya eras una lectora de horror antes de “El Ojo Blanco”?
No he sido, a lo largo de
mi vida, una gran lectora de terror, tengo que confesarlo, más allá
de Poe o de Horacio Quiroga; pero últimamente estoy haciendo más
incursiones en el género. Bueno, también había leído clásicos
como Drácula o Frankenstein, que me encantaron.
10. ¿Alguna
recomendación en particular, entre lo último que has leído del
género? Si es de algún autor español, mejor.
Lo último que he leído
es "No tocar" y, anteriormente "Para mí tu carne",
que es de zombies. ambos libros me gustaron realmente, me
sorprendieron gratamente. Pero me gustaría aprovechar para
reivindicar los "Cuentos de terror" de Horacio Quiroga, que
no es tan conocido en España, es sudamericano, creo que uruguayo.
Ah! Y "Tenebrae",
la antología de Sevilla Escribe, que también está genial.
11. Unas recomendaciones
excelentes, por lo que sé. Por cierto, Guadalupe Eichelbaum y
Sevilla Escribe me hace pensar en... Málaga Escribe... ¿Qué nos
puedes contar de este grupo?
Je, je. La verdad es que
somos un grupo variopinto de escritores, nos reunimos una vez al mes
y nos contamos nuestras alegrías y penas literarias. Nos apoyamos
unos a otros y nos lo pasamos muy bien. Estamos a punto de
convertirnos en asociación.
12. Algo de eso he
oído... Je, je, je, je... Hablando de grupos de escritores,
¿conocías ESMÁTER?
Sí, de hecho mandé un
relato para una antología y no fué seleccionado, creo que deberíais
releerlo, está muy bien, je, je.
13. Pardiez, le echaré
un vistazo entonces.
Ha sido un auténtico
placer tenerte con nosotros, casi tanto como leer “El Ojo Blanco”.
¿Unas palabras para la gente de ESMÁTER, ya para cerrar la
entrevista?
Quiero agradecer que me
hayáis hecho esta entrevista y espero que sigáis adelante por mucho
tiempo. Creo que los grupos de escritores que aúnan sus fuerzas son
muy importantes hoy en día, tanto por el apoyo a la hora de sortear
las dificultades con las que todos nos tropezamos en el camino como
por lo enriquecedor que resulta el contacto.
A nosotros nos enriquecen escritores como Guadalupe, y esperamos que podamos volver a verla entre nosotros muy pronto.
A nosotros nos enriquecen escritores como Guadalupe, y esperamos que podamos volver a verla entre nosotros muy pronto.
Vlad_Temper
jueves, 23 de agosto de 2012
ESMATER os presenta LOS INFECTADOS.
ESMATER, en su intento por apoyar a los escritores que
tratan de luchar por sus trabajos, vuelve a recomendaros un proyecto de novela.
Jose García Montón
nos presenta su relato "Los Infectados" que junto a la colaboración
de Chabi Angulo Hernandez, nos presentan ellos mismos mediante este escrito
cómo surgió todo y un resumen de la historia.
Os dejo con
Jose:
LOS INFECTADOS empezó hace un año como un proyecto
personal sin animo de lucro del autor, Jose G.M, el cual siempre
quiso escribir un relato desde pequeño.
Animado por su pareja y por varias personas de su entorno, acabo empezando
a crear dicho relato, de temática Zombie ( quizás influenciado por sus ultimas
lecturas) mediante la herramienta mas utilizada para comenzar a compartir las
escrituras de uno mismo: un blog.
Con una publicación semanal, el relato empezó a tener gran aceptación, así
como mensajes de apoyo por parte de escritores del género Z, revistas locales u
otros blogs.
En la actualidad, el blog cuenta con más de 11000 visitas.
Tiene como proyecto el seguir mejorando (con ayuda) y poder presentarlo a
alguna editorial para intentar que sea publicado algún día.
Argumento:
LOS INFECTADOS, un relato fantástico ambientado en un mundo devastado
por los infectados (muertos vivientes) los cuales han traído el caos a la
humanidad, en el que el día a día para las personas no es un camino de rosas:
bandas callejeras, asaltantes, sectas,... Hacen que el ser humano saque su lado
más negativo.
En medio de todo esto, un grupo de personas, unidas por el destino van en
busca de la posible salvación de la humanidad por la zona sur de Madrid y la
capital madrileña después de que encontraran a un niño inmune a la infección.
Pero el camino no será fácil: militares que les persiguen, una secta que desea
raptar al niño y sacrificarle, saqueadores y un cazador de "humanos"
no se lo pondrán fácil.
¿Realmente los infectados son la peor pesadilla?
Descúbrelo cada semana en
www.zombiesinfectados.blogspot.com
Equipo de LOS INFECTADOS
Jose G.M, autor de LOS INFECTADOS, se dedica a la restauración (alimentación)
y compagina su trabajo en escribir para algún día poder conseguir
alcanzar su sueño: publicar un libro.
Aparte de LOS INFECTADOS, ha colaborado hace poco en una antología online
del blog ALL BLOG ZOMBIES el cual ha publicado un relato Z suyo llamado
"12 horas: Infección"
Chabi Angulo Hernández, colaborador desde hace meses en el blog, añade al
relato una historia paralela ubicada en otra ciudad: Zaragoza.
Con una gran experiencia en la escritura, destaca su
libro publicado 74 BRISAS DE LA LUNA.
Actualmente compagina los capítulos especiales de ZARAGOZA Z con otro blog
llamado " UFO" y tiene entre manos proyectos que seguro que serán
publicados muy pronto.
Asesora/ revisora del blog M. Jose (pareja de Jose G.M)
Asesor de ideas: Jose Antonio García (compañero de Jose G.M)
Pues desde ESMATER, os deseamos toda la suerte del mundo. ¡Mucho ánimo!
Alfonso Zamora.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)